lunes, 28 de noviembre de 2016

VISITA


La verdad es que no la conocía mucho. Tampoco sabia cual era la verdadera razón de que estuviese en mi casa sentada en el brazo de mi sofá. Había llamado a la puerta y cuando abrí, me saludo con un ligerisimo beso en los labios colándose dentro.
Ante mi extrañeza, soltó una alegre carcajada y haciendo un mohín con sus rojos y carnosos labios dijo:
-Usted perdone caballero. Simplemente he pensado que como pasaba por aquí y vamos al mismo sitio, podríamos ir juntos.
-Bueno... visto así -balbucí.
-...y vamos ganando confianza.
-Sea. Sirvete algo de la nevera si te apetece. Yo he de vestirme.
Sonrió mirándome de arriba a abajo pícaramente antes de dirigirse a la cocina mientras yo aprovechaba para observarla en detalle.
-No tengas prisa. Ya voy despacio para que saques la foto.
Glub! Esta chica era directa y estaba muy bien. Tenía un bonito cuerpo con unas muy interesantes curvas un tanto mareantes por debajo de la espalda. Giré sobre mi mismo y me metí en el dormitorio. Desde allí pude ver como volvía al salón para sentarse en el brazo del sofá desde el que comenzó a curiosear todo el entorno girándose para observar lo que había a su espalda. Y tanto se giro que, justo en el momento en que yo entraba de nuevo en la sala, se cayó de espaldas en el sofá quedando con las piernas para arriba y con las bragas al aire.
-Jajaja... Jajaja. -La carcajada me salió del alma.
Seguí riéndome sin poder parar, menos aún viéndola patalear inútilmente.
-Podrías dejar de reírte y ayudarme ¿no te parece? ¡No es de caballeros mofarse de una dama en semejante apuro!
-Lo se jajaja. Lo se. Pero estás muy, pero que muy graciosa. Quería una foto tuya pero...¿no te has pasado?
-A lo mejor no te gusta -dijo mientras asía la mano que le tendí.
-Me encantó. Tienes una piernas muy bonitas y unas bragas preciosas jajaja.
Estiré de ella que, al levantarse  quedó muy cerca de mi. Tanto que su aliento me abrasaba y notaba el calor de su cuerpo, su aroma envolviéndose en una nube. Sus labios se entreabrieron entrecortada la respiración, la mirada perdida en mis ojos.
Le di una cariñosa palmada en la nalga.
-¿Nos vamos?
-Si... vámonos -dijo besando mis labios suavemente- Vámonos.
Al salir por la puerta lanzó una sonora carcajada.
-Jajaja... No se te ocurra contarlo a nadie ¿eh? ¡A nadie!
-¡No por dios!  Jajaja Será nuestro secreto.
-Algo es algo -dijo- ¿De verdad te gustaron mis bragas?...
"La otra vida"  ©Dorvas, 2015