viernes, 15 de abril de 2016

MI MURO



Muero en la larga noche por ver llegar el nuevo dia y poder mirar por la ventana.
Pero mi ventana da a un muro. Un muro de piedra gris y fría que no me deja ver el sol, las nubes, la montaña, los árboles.
Antes no era así. En mis años mozos,  me dejaba ver el mundo. Un mundo que a veces era muy bonito y otras no tanto pero que yo miraba con verdadera avidez. Hasta que un día la abrí y, en lugar de un mundo de colores, me encontré con el muro y ya no pude ver la vida exterior ni sentir el aire en mi piel.
De como surgió, nada se. De como derruirlo, aún menos. Salgo de casa para acercarme a él y derribarlo pero, desde fuera, no se ve. No está. Me acerco a la ventana y veo el interior de mi habitación. Vuelvo dentro y allí está, tapandola.
El resto de la gente no lo ve. Cuando entran en mi habitación y dicen: -¡Qué bonitas vistas!- mi cara refleja una total perplejidad.
 Pero ya me he acostumbrado. Podría decir que nos complementamos. Que lo siento parte de mi, así que he decorado la ventana. He puesto una rama seca, una piña y una calabacita.
Al muro también le gusta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario